Son muchos los usuarios que a fin de mes, se encuentran con facturas de luz o de agua que pueden parecer exageradas, pero hay que tener en cuenta que estas facturas pueden venir influenciadas por algún electrodoméstico averiado, defectuoso o puede que inadecuado.
Los nuevos electrodomésticos suelen llevar una etiqueta de eficiencia energética, en la que se valora de la A a la G la eficiencia del electrodoméstico. De este modo, los electrodomésticos más eficientes tendrían una categoría A ó B, y los menos eficientes energéticamente serían los de categoría F y G. Existen dos categorías por encima de la A, que son la A+ y la A++ y que pueden suponer un ahorro dependiendo del electrodoméstico de hasta 800 euros en energía a lo largo de toda la vida del dispositivo.
Los electrodomésticos más eficientes suponen un mayor coste, pero nos supondrán un ahorro muy importante en energía a lo largo de toda la vida útil del aparato. Esto es, si cabe, más importante en electrodomésticos de uso más habitual o continuo, como son las neveras, congeladores, televisores.
Estas fichas de eficiencia suelen dar más información, como el modelo, el fabricante, el ruido en funcionamiento (en decibelios) y su consumo en kilovatios/hora.
También hay que tener en cuenta la eficiencia en aparatos de uso casi continuo, pero más estacional, como pueden ser los dispositivos de aire acondicionado en verano, o los radiadores y deshumidificadores en invierno.
Un aparato defectuoso y/o averiado también puede suponernos un aumento en el consumo. Por ejemplo, debido a una fuga o derivación eléctrica a la toma de tierra.
¿Cómo podemos ahorrar energía? Los expertos aconsejan
Para ahorrar energía hasta que no cambiemos nuestro electrodoméstico por uno de categoría más eficiente, debemos regirnos por el sentido común.
- La puerta del frigorífico ha de estar abierta lo menos posible.
- Ajustar los termostatos del frigorífico a las temperaturas recomendadas.
- Evitar que incida la luz del sol directamente al frigorífico.
- Desenchufar cualquier aparato que no se utilice de forma habitual.
- Aprovechar las horas de luz natural para ahorrar en iluminación.
- Ventilar la casa durante media hora abriendo las ventanas nos puede ahorrar mucha energía en deshumidificación.
- Con la lavadora realizar lavados a carga completa, ahorrarás agua y electricidad.
- Emplear bombillas de bajo consumo.
- No dejar enchufados cargadores de aparatos como móviles, ordenadores, etc. ya que siguen consumiendo a pesar de no estar cargando.
Hay que tener en cuenta que la suma de muchos pequeños consumos, viene dando como resultado un gran consumo, por lo que cada aparato cuenta en la factura final.
Importante también contar con cierto criterio de selección en el momento de la compra para calcular el ahorro previsible y restarlo del precio, de forma que, el coste del electrodoméstico energéticamente eficiente sea menor.
Si creemos que podemos tener un electrodoméstico que pueda estar consumiendo más de lo que le corresponde, podemos contactar con el servicio técnico de confianza, para que revise el aparato y nos asesore.
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