La climatización geotérmica es un sistema poco conocido pero muy eficiente para mantener la temperatura idónea en todo tipo de espacios.
Se trata de un sistema ecológico que reduce las emisiones de CO2 y aprovecha la inercia térmica del subsuelo para enfriar o calentar el ambiente. El sistema se basa en que a partir de varios metros de profundidad, el subsuelo mantiene una temperatura constante que se encuentra entre 10 y 16ºC dependiendo de la localización.
Cuanto mayor sea la profundidad, más estable será la temperatura, pudiendo incluso no presentar ninguna variación a lo largo del año. Existen diversos sistemas de captación que permiten extraer o ceder el calor a la tierra.
1. ¿Cómo funciona la climatización geotérmica?
Principalmente, consiste en extraer la temperatura estable del subsuelo bombeando un fluido a través de un circuito de captación. Los circuitos de captación pueden ser verticales u horizontales dependiendo de su disposición. Los conductos del sistema de captación se encuentran bajo tierra, de modo que al circular el fluido a través de ellos se le transfiere la temperatura del terreno.
Al pasar por la bomba de calor desde el circuito de captación, el fluido cede el calor recogido del subsuelo provocando el calentamiento del refrigerante que se encuentra en su interior. Después el refrigerante transmite el calor al agua del sistema de emisión. El agua caliente circula por el sistema de emisión calentando el interior de la vivienda durante los meses fríos.
Para enfriar la casa en verano, el mismo sistema sirve para intercambiar la temperatura entre el interior de la vivienda y la del subsuelo que será más fresca.
2. Ventajas e inconvenientes
Las ventajas más destacadas de la climatización geotérmica son:
– Bajo consumo. Estos sistemas de climatización son muy eficientes. La energía que extraen del suelo es superior a la que consumen, lo cual se traduce en un ahorro en las facturas.
– Respetuoso con el medio ambiente. Este sistema está clasificado como energía renovable. Contribuye a reducir la dependencia energética de combustibles fósiles y las emisiones de CO2.
– Seguro. No produce llamas, ni humos, y no necesita gas, gasóleo u otras sustancias peligrosas. Además elimina riesgos de legionelosis al no contar con torres de condensación.
– Larga vida útil. Al no estar en contacto con el exterior, se alarga la vida útil de la bomba de calor y el mantenimiento que requiere el sistema es mínimo.
– Estético y silencioso. Este sistema elimina la necesidad de instalar un compresor y ventiladores en el exterior, por lo que resulta más discreto y silencioso.
Por otro lado, estos son sus inconvenientes:
– Coste de instalación elevado. Cuanto más grande sea el edificio en el que se lleve a cabo la instalación y mayor sea el tiempo de uso estimado, más compensará la inversión.
– Espacio. Las instalaciones horizontales son más económicas pero requieren de demasiado espacio.
Imagen: commons.wikimedia.org
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