Con un mínimo de dedicación podemos ahorrar agua este verano, algo que beneficiará a nuestros bolsillos y al medio ambiente.
El gasto de agua en un hogar se reparte entre el baño, la cocina, la lavadora, la calefacción, el jardín y la piscina. Si se vive en una casa en el campo, se puede invertir en pozo artesiano, para extraer agua directamente de manantial subterráneo. Esto le permitirá ahorrar en la factura del agua, pero no nos engañemos, no estaríamos ahorrando realmente agua.
Pensando en algo más que en el ahorro económico en la factura del agua, debemos proponernos reducir el gasto para beneficiar además el medio ambiente. Por ello debemos tener en consideración cada uno de los siguientes puntos, que nos permitirán guiarnos hacia un consumo responsable y controlado de un recurso tan valioso.
La piscina
Es importante cubrir la piscina cuando no se encuentre en uso, ya que así evitaremos la formación de algas o verdín. De este modo también reducimos en gran medida la evaporación del agua de la piscina.
En lugar de cloro para la limpieza, es mejor recurrir a oxigeno activo, que actúa como un potente desinfectante y no daña el medio ambiente. El agua de la piscina puede reciclarse de un año para otro, realizando un mantenimiento de depurado y aplicando oxigeno activo para conservar el agua en perfecto estado.
Jardín y terraza
- Horas de riego: Es importante regar por la noche, cuando el sol ya apenas calienta o incluso cuando ya se ha puesto. Esto evitará que el agua se evapore antes, y las plantas dispondrán de tierra húmeda toda la noche para prepararse para otro día de calor.
- Cómo regar: En jardines lo mejor es utilizar sistemas de goteo debido a su eficiencia, en su defecto siempre será mejor un sistema de riego por aspersión que utilizar una manguera. En terrazas es mejor utilizar una regadera, ya que suele ser más complicado instalar un sistema de riego por goteo.
- Agrupar plantas: Cada especie tiene unas necesidades de agua distintas, si se diseña el jardín agrupándolas por estas necesidades se puede optimizar el riego para darle a cada grupo la cantidad justa que necesita, ni más ni menos.
- Mantener la humedad del suelo: Para evitar la evaporación del agua de riego a lo largo del día, se puede cubrir la superficie con cortezas de pino o grava.
- Aprovechar el agua de la lluvia: Puedes acumular el agua de la lluvia, recogiéndola en recipientes, para utilizarla en el riego de tus plantas. Si vives en una casa puedes construirte un depósito y conectarlo al canalón del tejado para recoger gran cantidad de agua de la lluvia y así tenerla siempre disponible para el riego. Aquí tenemos un tutorial que nos explica (en inglés) como construir un depósito para acumular agua de la lluvia.
En casa
- Lavavajillas y lavadora: hay que utilizarlos siempre a plena carga, el lavavajillas y la lavadora utilizarán la misma cantidad de agua, pero de este modo serán necesarios menos usos.
- En la cocina: a la hora de fregar los platos a mano, conviene enjabonarlos primero con el grifo cerrado y abrirlo únicamente para el aclarado del jabón.
- Agua fría previa a la caliente: Se pierden muchos litros desde que se abre el agua caliente hasta que esta empieza a salir caliente. El único modo, hasta ahora, para aprovechar esta agua perdida, era recogerla para utilizarla en el riego de las plantas de la terraza. En cambio, si estamos a punto de reformar nuestra vivienda, quizás podamos sacar partido a la gran idea de Claudio Grande, un fontanero e inventor, que desarrolló un sencillo sistema que reconduce esta agua fría hacia la caldera hasta que esta está lista para salir totalmente caliente. De este modo al abrir el grifo de agua caliente, nunca saldrá agua fría.
- Agua para fregar: A la hora de ir a fregar, utiliza sólo aquella agua que realmente necesites. Generalmente con un tercio de la capacidad del cubo es más que suficiente.
- Cerrar el grifo durante el aseo: Cuando nos cepillamos los dientes, cuando nos afeitamos o cuando nos enjabonamos en la ducha, tenemos la mala costumbre de no cerrar los grifos, con el consecuente gasto que ello conlleva.
- Inodoro: Si tenemos un inodoro con doble descarga, debemos aprender a sacarle el máximo partido a los dos botones. Debemos usar siempre el que utiliza media carga, a no ser que necesitemos un poco más. Si no tenemos un inodoro con doble carga podemos introducir algún objeto en el depósito para reducir su capacidad, por ejemplo una botella. Con respecto al inodoro cabe tener en cuenta otra consideración: no es una papelera. En el inodoro no han de acabar esos pelos que han quedado en la bañera, el aceite quemado de freír, ese ticket del autobús que te quedó en el bolsillo del pantalón, etc. deposita estos restos donde corresponde, y te ahorrarás el tirar de la cadena y lo que ello supone.
- Usar atomizadores: Estos pequeños dispositivos los podemos acoplar a cualquier grifo, incluso en la ducha, para reducir la cantidad de agua usada al incorporar aire al chorro.
- Ducha y baño: llenar la bañera nos supone multiplicar por tres nuestro consumo de agua a la hora de la higiene corporal. Por lo tanto lo más recomendable será siempre ducharse, sin olvidarnos de cerrar el grifo a la hora de enjabonarnos.
Para todos los casos hay que acordarse de revisar que no tengamos fugas en ninguna parte de la instalación. Un simple goteo puede estar afectándonos al bolsillo más de lo que pensamos. Cualquier fuga debe ser reparada cuanto antes por un técnico debidamente cualificado. Una mala reparación puede salirnos todavía más cara.
Excelente el apartado de jardín y terraza yo recomendaría siempre el Riego por goteo
Gracias por tu comentario José Ignacio.
Ciertamente es más eficiente el riego por goteo, ya que la planta absorberá mejor el agua que recibe. Pero no siempre es cómodo, estético o viable instalarlo en la terraza de tu piso. Pero estamos totalmente de acuerdo contigo con que para un jardín el goteo es la mejor opción.