El email sigue presente en nuestras vidas más de medio siglo después de su creación (1965), antes incluso de existir Internet.
El correo electrónico sigue existiendo y en crecimiento a pesar de tener una dura competencia con las aplicaciones y servicios de mensajería instantánea y redes sociales. Todo el mundo tiene al menos una cuenta de email.
Un servicio de correo electrónico beneficia a usuarios y marcas. Y prácticamente en cualquier página web en la que quieras registrarte tu nombre de usuario será tu cuenta de correo electrónico.
Pero su expansión a nivel global también acarrea dos grandes problemas: el correo no deseado (correo basura o SPAM) y los correos maliciosos.
Correo no deseado o SPAM
Actualmente los servicios de email son más inteligentes y cuentan con filtros que detectan correos potencialmente clasificables como SPAM. A veces incluso con mayor filtrado del deseado.
También podemos identificar un correo no filtrado y marcarlo como SPAM, lo cual actualizará el filtro y no volverá a entrar ningún correo procedente de esa dirección de email.
Correos con virus
El verdadero problema reside en los correos maliciosos. En concreto los más peligrosos son aquellos que portan un virus informático con la intención de infectar tu equipo.
Además de los filtros automáticos del servicio, debemos acostumbrarnos a ver quién es el remitente, su dirección de correo, y el extracto del texto que lo acompaña.
Ejemplo de virus muy peligroso activo en la actualidad
Existe cierto tipo de virus que llegan a nuestra bandeja de entrada camuflados bajo el aspecto de un email de una compañía de mensajería, incluso de Correos. El email parece avisarnos de un problema con un envío, o un aviso para recoger un paquete en la central de la compañía. El resultado: al abrir el correo el virus entra en nuestro ordenador y reescribe todos los ficheros personales haciéndolos ilegibles por ningún programa. El ordenador seguirá funcionando, pero no podremos abrir ni fotografías, documentos de texto, hojas de cálculo, programas de gestión ni siquiera bases de datos. Un problema para un particular pero una catástrofe para una empresa. El hacker tras la infección reclama entonces un pago cuantioso para revertir el efecto y devolver a la normalidad el funcionamiento del equipo y sus archivos.
Este tipo de email se descubre viendo la dirección de correo electrónico del remitente. En el caso de usurpar la identidad de correos, no sería un correo enviado desde @correos.es
Correos de Phishing
El Phishing o suplantación de identidad, son otro grave problema. Suponte que recibes un correo de tu banco invitándote a cambiar tu contraseña por motivos de seguridad. El correo tiene todo el aspecto de cualquier otro de tu banco y nos facilitan “un enlace seguro” a su página web para realizar el cambio de contraseña. La web es idéntica a la del banco y nosotros confiadamente introducimos nuestro usuario, contraseña actual y la nueva contraseña. Muy seguramente la página nos dará cualquier tipo de error y nos indicará que lo intentemos de nuevo más tarde.
Por supuesto esta página no pertenece al banco y les hemos facilitado a unos desconocidos nuestro usuario y nuestra contraseña para acceder a nuestra banca online. El resultado cuando nos demos cuenta nos habrán robado.
¿Cómo evitarlo?
Si de verdad creemos que nuestro banco nos está solicitando este cambio de contraseña, lo mejor es siempre acceder a la página web del banco de la forma que hacemos siempre, en lugar de con el enlace que nos facilitan en el correo sospechoso. De esta forma sabemos a ciencia cierta que estamos en la página web del banco. Una vez en la página accedemos a nuestro perfil, y allí escogemos la opción de cambio de contraseña. Ante todo debemos recordar que LOS BANCOS NUNCA ENVIAN EMAIL DE ESTE TIPO.
Desde Buscotécnicos esperamos que estos consejos te permitan ahorrarte un disgusto, al no haber tomado las suficientes precauciones.