Ha llegado el frío y para mantener una temperatura óptima en el interior del hogar debemos asegurarnos de que nuestro sistema de calefacción se encuentra en perfecto estado.
Para un buen mantenimiento será necesario purgar los radiadores cada cierto tiempo. El purgado es un proceso bastante sencillo que consiste en quitar el aire que ha podido quedar atrapado dentro de los radiadores para facilitar su correcto funcionamiento.
Antes de comenzar, primero debemos comprobar que tanto la caldera como los radiadores y las tuberías están en un estado óptimo. La caldera debe estar limpia, si se encontrasen restos de hollín sería un indicio de mala combustión. En tal caso sería recomendable que la revisara un técnico cualificado.
1. Funcionamiento del radiador
Los radiadores de pared suelen ser de aluminio, hierro, chapa o acero. Cuentan con una conexión para la entrada de agua caliente y otra de salida. Al circular por todo el radiador, el agua lo calienta y éste transmite el calor al ambiente.
La caldera y los radiadores están comunicados entre sí por un circuito de tuberías. El agua caliente sale de la caldera para pasar por todos los radiadores del sistema y volver al origen.
Algunos radiadores disponen de un termostato para regular la temperatura.
2. Proceso de purgado
Después de pasar bastante tiempo sin utilizarse, un radiador puede acumular aire en su interior. Cuando esto ocurre, se producen ruidos extraños al encender la calefacción y puede que la parte superior del radiador no se caliente.
Para eliminar el aire es necesario purgar. Estos son los pasos a seguir:
- Con un destornillador de punta plana o un objeto similar podemos abrir la válvula de evacuación que se encuentra en un lateral del radiador.
- Hay que colocar debajo de la válvula un recipiente para recoger el agua que salga.
- Giramos el tornillo de la válvula en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que comiencen a salir agua y aire. Hay que tener mucho cuidado para no quemarse con el agua caliente.
- Cuando ya sólo salga agua se puede volver a cerrar, apretando el tornillo.
- Repetimos el proceso con todos los radiadores de la casa.
- Si se ha hecho correctamente, el manómetro de la caldera debe indicar una presión de 1 Bar. De lo contrario habrá que volver a purgar.
- Ante cualquier duda, lo mejor es consultar con el servicio técnico.
Si la casa es de varias plantas, debemos empezar por lo radiadores de las plantas más altas. En la planta baja comenzaremos con los más cercanos a la caldera.
3. Limpieza de corrosión interna
La corrosión interna y la formación de sedimentos son otros problemas que puede afectar al buen funcionamiento de los radiadores. Para limpiarlos debemos seguir estos pasos:
- Cerrar las llaves de paso y las válvulas de entrada y salida.
- Desenroscar las tuercas que fijan el radiador a la pared.
- Inclinar el radiador sobre un recipiente hasta que se haya vaciado el líquido de su interior, arrastrando los sedimentos.
Imagen: commons.wikimedia.org
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