Desde 2009, la prohibición del uso de bombillas incandescentes, ha ido obligando a fabricantes y comerciantes a retirar estas del mercado, facilitando la transición hacia las lámparas de bajo consumo.
La directiva europea que prohíbe el uso de bombillas incandescentes, también prohíbe la venta y fabricación de lámparas halógenas convencionales. A raíz de la prohibición han proliferado varias alternativas que pueden cubrir las necesidades de cada uno.
Casi todos los modelos lámparas halógenas estarán disponibles hasta 2016. A partir de entonces sólo estarán disponibles las lámparas halógenas actualizadas con forma de pera (Clase B de consumo energético). Por el momento no se fabrican con potencias equivalentes a los 60W, por lo que para iluminación a gran escala, no es una opción viable, pero totalmente válida para uso doméstico.
Las bombillas de bajo consumo que más han proliferado, son las fluorescentes compactas, que desde antes de la implantación de la normativa europea ya eran conocidas como “de bajo consumo”. Estas lámparas consisten en unos tubos fluorescentes compactados y con diversas formas. Pueden suponer hasta el doble de ahorro energético que una lámpara halógena y puede proporcionar potencias de iluminación superiores.
Aunque las bombillas fluorescentes compactas se presentan como la mejor opción, puede preocupar el contenido en metales como el plomo o el mercurio, los cuales son dañinos para el ser humano. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha establecido unos topes en la composición de las lámparas de bajo consumo, que los fabricantes están respetando con un margen generalmente amplio.
La OCU también recomienda a aquellos que se decidan por las bombillas fluorescentes compactas de bajo consumo, que escojan aquellas con un diseño en espiral, ya que requieren menos material para su fabricación, y por tanto son más respetuosas con el medio ambiente.
Pero las bombillas halógenas y las fluorescentes compactas, no son las únicas opciones de iluminación de bajo consumo que podemos encontrar en el mercado. Ya que cada vez se va ganando un sitio en el mercado la emergente tecnología LED.
Las bombillas LED proporcionan el doble de ahorro energético y económico comparándolas a las bombillas fluorescentes compactas. Hasta hace poco había muy poca variedad en modelos y potencias, pero se están convirtiendo en una muy buena alternativa por varios motivos: Mayor duración de la bombilla, menor tiempo para alcanzar la iluminación máxima.
Para hacernos una idea, la equivalencia de una bombilla incandescente de 100W, sería una de 30W en una fluorescente compacta y de 15W en una bombilla LED. Con lo que se deduce que mientras una de bajo consumo puede proporcionar un ahorro del 70% con un tiempo de encendido relativamente lento, las lámparas LED proporcionan un 85% de ahorro con un tiempo de encendido inapreciable.
Por último, recordar que se escoja la bombilla que se escoja, cuando esta deje de funcionar, enviarla a un punto limpio, un centro de recogida especializado, o depositarlo en la tienda de electricidad de confianza, donde debería haber un punto de recogida de fluorescentes y bombillas.
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